Con este blog quiero completar la obra que inicié con "Contemplando el claro azul", que continuó con "Me acordé de ti" y "Recordé cuánto te gusta". Quiero con él comenzar el 2014 esperando que sea fructífero y que podáis disfrutar conmigo estos versos. Y ya vamos por el 2020.

domingo, 7 de mayo de 2017

22º. Las ramas del cante.









 Atril
para la historia de éxodos y de pueblos 
del sur y de oriente,
que fundieron en su ser 
las esencias de lo que encontraron aquí,
de lo que crearon por siglos
para empujar a este árbol 
a crecer y a vivir.

Escenario
para la esperanza
en las manos y en las voces
de una grata juventud,
mientras un discípulo aventajado
abre el ágora del silo
remarcando con sus dedos
compases para el quejío.

Tarima para la nostalgia
con sonidos de la infancia,
recuerdos para mi padre
y su pasión por Marchena,
por la Niña y por Morente.

Balanceo de cipreses
que con su baile palmean
las rejas de los ventanales
al ritmo, de las estrofas que nacen,
del altar, que hoy se ha compuesto,
para la oración de un arte.

Desde Triana a Utrera,
desde Málaga hasta Huelva
se alzan las voces del cante;
desde Alosno hasta Linares
viajan las gargantas de mi tierra;
desde la honda toná
a entristecidas playeras,
de los cantes de las minas
a exultantes alegrías,
fandangos o malagueñas:
seis cuerdas para seis ayes
en la música de mi tierra
que es de la humanidad
por ser el alma de Andalucía.

Ramas y tronco del árbol
que hoy iluminan la noche
como focos de un patrimonio
de todos
que nunca será de nadie.




No hay comentarios:

Publicar un comentario