Con este blog quiero completar la obra que inicié con "Contemplando el claro azul", que continuó con "Me acordé de ti" y "Recordé cuánto te gusta". Quiero con él comenzar el 2014 esperando que sea fructífero y que podáis disfrutar conmigo estos versos. Y ya vamos por el 2020.

domingo, 20 de marzo de 2022

37º. Música por la amistad.

 

Diseño y edición: Prado Márquez.

Puedes Oírme 

cuando La Tarde cede el testigo

a la noche 

que se llena de pasos aplaudidos.

El acompasado color 

de un rítmico Makumaná

llega al calor de los rostros

 impulsado por las palmas.

La Bendita Música 

abre a la luz una oscuridad

que desde hace tiempo

 encadena lo que nos rodea.

Cincuenta voces guiadas a cuatro manos

 nos transportan hacia el consuelo 

que necesita este cruel Mundo Loco.

Una nueva dirección 

en el camino dibujado para Soñar Contigo,

para hacernos más fuertes, juntos,

 al llegar El Amanecer.

No Puedo Evitar Enamorarme de las notas,

algunas seguras, otras viajeras,

a veces perdidas,

que dos brazos recogen 

para obligarlas a encontrarse.

Sentir que reconoces 

el sabor de mis enlazados gestos,

y que me pides: 

Cuéntame otro más de tus versos.

Un lazo que es nuevo para esta cuerda, 

que narra Un Son, Un Son

de emoción en la garganta y en el pecho, 

que nos ata a la vida.

Aplaude de nuevo la noche

 a la claridad de un sentimiento

que se despide con las manos:

Aleluya, Aleluya, Aleluya. 


Cortesía de Andrés y Lola









martes, 22 de junio de 2021

36º. "Líneas de vuelo".

 

Autora del cuadro: María José Martínez.


Líneas de vuelo, en paralelo.

La primera solitaria, 

¿o no?... 

dirige el canto a voces

-que no se oyen-

y el movimiento acompasado

como armónicas notas

en tres líneas de un pentagrama:

la arena, la ola y el horizonte.

La segunda línea 

-casi- posada sobre el suelo

como una sucesión de fases

para el despegue ordenado

hacia altos senderos.

La tercera, en el aire,

como avanzadilla irrefrenable

en su empuje

de fondos azules

-azul agua, azul cielo-.

Todas arriba, todas distintas, 

en armónicos ángulos desplegadas.

Tres líneas de un mismo motor,

como engranaje que apunta al corazón.

domingo, 31 de enero de 2021

35º. "Treinta de enero".

 


Mi mente quiere el impulso de más sangre 
por la sangre derramada.
Mi corazón cierra la válvula y tapona la corriente
para sólo dejar pasar un fino y suave hilo
que empuja y alimenta el escudo de una resistencia
que planta cara a la violencia 
y aguanta ante la sinrazón otra vez apuñalada.

Cauce desbordado que a mi espalda
busca arrancar el fruto de mi calma,
tronchar el tallo de mi alma,
segar la raíz de mi futuro que está en la vida
que quedará cuando me vaya.

Ahogo el sufrimiento de todos los días,
incluido el treinta de enero,
arrastrando a la orilla
la fuerza de una cadena refundida
con trozos de felicidad medida,
urdida, encontrada y abrazada.

Mientras construimos el cambio de nuestros días,
del mundo y de todas las vidas,
cuando a la injusticia diaria
se suman millones de tragedias víricas,
se hace más difícil mantenerse a salvo.
Y a pesar de todo, desde la ribera,
salvados del riesgo permanente,
la inquietud eterna me asfixia con sus manos.

Vivir no es fácil con los ojos lanzados,
con la escucha atrofiada de sospechas
y el sentimiento seriamente tocado.
Pero el confort de unas manos que te tocan con afecto,
la sensibilidad de otras palabras solidarias
y la inquietud deseosa de nuevas miradas,
abren una puerta a la esperanza
sobre el muro de la calle pintada
para cubrir la herida de quien nace
dentro y fuera de nuestro mundo privilegiado,
cuya agonía es imposible imaginar.




martes, 19 de mayo de 2020

34º. Año nuevo... menos vidas. ¡Va por ti... maestro!




El futuro no puede ser
volver a empezar
un marzo del año 20.
Otra vida es necesaria.

¿Es que no hemos aprendido
nada?
La vida es necesaria.

La tregua obligada
no puede ser
un fracaso irreversible
en el rostro del planeta.

¿Es que no hemos visto
nada?
Otra verdad revelada.

En el paisaje se ha mostrado
la muerte por extinción;
no puede ser
una permanente instantánea,
la única alternativa
a la nada.

¿Es que no hemos percibido
su olor?

Otro aviso ha llegado.
El dolor
no puede ser
el motivo para más dolor,
sino el origen
de algo que empezó.

¿Es que no hemos escuchado
ni las palabras
ni los sollozos
ni los gritos?

Las especies han hablado
y nos mostramos
sordos, ciegos, mudos...
incapaces de ser 
humanos.

La espera no puede
alargarse.
La razonable inteligencia
y el corazón
tienen que iniciar
un nuevo viaje.

¿Es que acaso dejaremos
que la voluntad
nos falle?

miércoles, 1 de enero de 2020

33º. Años nuevos...

                                     

¡Años nuevos... nuevas vidas.

A Sandra (José Gabriel)

Para mudar 
la piel
que te atrapa
y contemplar
la que quieres ver,
la tarea se presenta dura.

Pero no más
que lo ha sido
hasta ahora
en la tierra
de lo desconocido:

cuerpos
recubiertos 
de músculos invadidos
por sonrisas
y descarnadas burlas;
dolorosas;
insufribles:

bocas
que vomitan 
dardos hirientes
con carnet de inofensivos:

aprendizajes 
por descubrimientos
en fases
de desconcierto:

un difícil pasado.

Ahora,
frente a la certeza,
 un difícil futuro:

despojar,
a fuerza de hundir
los dedos como agujas
hasta la carne
de las rígidas 
y encallecidas cáscaras 
descerebradas:

ahora, explorar
en un profundo saco
de ojos desorientados
que esperan, sin saberlo,
para ver:

ahora, llenar
de colores
un desafiante paisaje
de cuencas vacías,
como cavidades secas,
que esperan
para cambiar
y ser.

Para mudar
la piel que nos atrapa,
para buscar 
una envoltura de lucidez,
para unir
los ojos a las cuencas,
la vida será, 
sin duda,
menos dura;

juntas
podremos contemplar
el ansiado amanecer
de esta larga noche
que por fin se acaba;

juntas...
Nuevas noches...
Nuevos días...

Años nuevos... vidas nuevas.


Texto de imagen: Unidad provincial de CCOO en Jaén









domingo, 27 de octubre de 2019

32º. Más encuentros y reencuentros.


"Traces urbaines" de Alain Geiberger en la Mairie de Vaison-la-Romaine. Agosto 2019.

En julio escribí "Encuentros y reencuentros" tras la experiencia familiar en Elche de la Sierra. Me gustaría que comenzárais la lectura con aquellos versos publicados, porque a imagen y semejanza he escrito en estos meses este "Más encuentros y reencuentros" tras los días de agosto vividos con otra familia que aún no es de sangre porque falta hacer el ritual (por favor, no se haga, la sangre me marea; es prescindible). En este enlace "Encuentros y reencuentros" y a continuación "Más..."



Luz.
Color.
Velocidad.
Puentes.
Obstáculos
encadenados
para no alcanzar
el destino.

Calma. Sierra. Insomnio.
Condiciones no suficientes
para ocultarnos.

Piedra. Mercado. Bandera
al viento.
Defensa
de roca
ya sin almenas,
sin peligros,
sin alertas.
Vendajes 
para la herida
que cada una
encierra.

Suelos.
Medias paredes.
Medias columnas.
Medio puente.
Media muralla.
Cultura sin frontera
en una terminal
dibujada 
para la música
de las máquinas
y el sonido del talento.

Confesiones.
Emociones.
Rasgos indefinidos
e incompletos
que van creando
un espacio
para los afectos.
Lazos para un futuro
que ir construyendo.

Más música en los dedos.
Un sueño sin cuerdas,
al viento
de encuentros y reencuentros.

Bosque. Río.
Puentes que son cuerdas.
Lavanda. Insectos.
Picaduras del alma
que no cesan.
Puentes que son roca.
Rocas que son arte,
respetadas
en las entrañas
de la tierra;
vistas con los ojos
de la tecnología.
Y a unos pasos,
arte profanado
por la economía
de la empresa.
Almas ultrajadas
por la actividad
que deja de ser rescate
para convertirse en barrera.

Frío. Calor.
Al final del trayecto
símbolos al aire
agarrados a las ventanas
y a las barandas asfixiantes.
Desencuentros.
Y lo más importante:
roca sobre roca
que hacen historia:
alma sobre alma
que son victoria:

Sueños.
Lazos.
Encuentros.
Reencuentros.
Confesiones.
Emociones.
Música al viento.

sábado, 13 de julio de 2019

31º. Encuentros y reencuentros.



Aire. Roca. Pinos.
Naturaleza sin adjetivos.

Cerros. 
Defensa.
Pueblos.
Almenas
y muros gruesos.

Sierra. 
Olores.
Sabores.
Recuerdos de la infancia
rescatados
con el temor
de estar rodeados
por las heridas.

Peligros. Abusos.
Alertas.
La eterna lucha
por las ideas.

Suelos. Vida.
Cultura.
Rompiendo 
una frontera artificial.
Levantando
la parte común
de la historia.

Música. Salud.
Respiración.
La parte común
de cada historia.
Sueños. Anhelos.
Encuentro.
Óleos 
para un futuro
imperecedero.

Oráculos. Confesiones.
Preguntas.
Emociones y mentes
compartidas
para siempre.
Afectos. Más recuerdos.
Ilusiones.
La alianza de corazones.

Regalos. Detalles.
Entrega.
Los rasgos definidos
de la generosidad en vena.

Río. Agua. Segura.
Espacio
para el contacto 
de la vida.

Higuera. Olivo. Arroz.
Y en la orilla
un solitario manzano.

Encuentro y reencuentro
para el abandono,
la belleza
y una activa calma.

Encuentro y reencuentro
para la tristeza,
la alegría
y la esperanza.

Encuentro y reencuentro
para el pasado,
 el presente
y un futuro
que nos llama.



sábado, 6 de julio de 2019

30º. A veces llega el momento...

A Alfonso, que aún está, y siempre estará, con nosotros.

Veinte de abril de los noventa.
En el recuerdo, tu cara,
la copia de tu cinta
y tus entusiastas palabras.

Hoy, tu fantasma quiere hablar
en el aire de esta noche,
que me besa suave en la cara
con queridos ritmos 
y sones
Celtas
que siempre fueron
Tú, amigo.

Me entró la melancolía
y te tenía que hablar
con la música
que me descubriste.

De los retales de una vida
y de las letras de los Cortos,
estos versos salen solos.

De las batallas perdidas
a tu enfermedad
que nos llevó 
a tu ausencia;

de las batallas perdidas
a este mundo
todavía enfermo,
en el que la vida es agresiva
en una legión de mudos.

De las batallas ganadas
al recuerdo;
al tuyo
y al de las melodías
de esta noche;

al de las mentes luchadoras
que aún siguen vigentes
porque, ¿qué ha cambiado?
Tienes miedo a la vida.
Te asusta respirar.
Si siguen así las cosas
la tierra va a reventar.

Y ahora,
¿qué voy a hacer yo?
¡qué puedo hacer yo!

Tú,
obligado,
te diste cuenta
que una casa
había que ocupar;
pero no aquí,
en el más allá.
Solos se cayeron
los grilletes.

Yo,
con ganas de mejorar
y cambiar la realidad.
Encadenado
a los lazos
que no puedo desatar.
Cercano
espera el momento
del cambio de vida:
de cero 
voy a empezar.

Los dos,
mantenemos ilusiones
que no nos podrán parar.
En estos días tan inciertos,
en que vivir es un arte,
insisto,
quisiera poder hablarte:

si encuentro 
en la senda del tiempo
un destino
esperándome
entre el polvo del camino,
algo habrás ayudado,
amigo;

cuando dibujo 
las arrugas en la frente,
descubro
que a veces llega un momento
en que te haces viejo
de repente.

Mientras imagino
el reencuentro
en el que vernos
cara a cara...
en el que buscar
la mirada que puede más...
Amigo...
como el vagabundo
del sueño errante,
esperanos en tu Habana
particular,
para invitarnos
cuando lleguemos 
a un trago de libertad.












domingo, 16 de junio de 2019

29º. Veinte años.



Ayer
se cumplió tu despedida.
Hoy
cumplo con tu recuerdo.
Mañana,
como todos los días
cumpliré con tu vida,
y pasaré día tras día
del dolor de tu ausencia
a tu presencia construida.

1999.
¡Padre!
Mis ojos nacen húmedos
a la claridad del día.
El corazón apretado por la mano
del pasado que no cesa.
La mente golpeada por el puño
de imágenes que ya no viven
si no es por el recuerdo.
Sonidos que me atormentan
en el renacer del día.
Martillazos de un tormento
que aparece con tu ausencia,
que vive en mis sentimientos.
Garganta machacada por un grito
que al ahogarse en los pulmones
hinca en mi cama su filo
llamándote al infinito.
Recta inclinación de un lazo
asido siempre a mi vida,
que entre luz de un nuevo día
de frágil color, sin rayos,
me debilita el fragmento
que de intensidad agarro.
Movimiento que alza y baja
la solicitud del alma;
como una calma y un viento
que azotan de lado a lado
el camino indefinido
por el que resurge el alba.
Recuerdo para tu caudal
de voz encendido
que acababa con mi mirada,
que encontró en mí
la indecisión del alma
(que colgada se escondió
y ahora me atrapa).
Movimiento de alza y baja
que rompe rama tras rama.
Diálogo interrumpido
por un llanto que reclama.

La presencia construida en el presente.
2009.

En esta noche feliz
que llama al dolor de las ausencias,
la alegría, que tú cantabas,
tiene su fiel estallido en el sabor infantil
que empuja hoy nuestras vidas,
en los brazos que imitan tu pandereta,
en los labios que a ti tanto me recuerdan.
En este día feliz
que anuncia el recuerdo de tu ausencia,
nada interrumpe el diálogo
que va más allá de las palabras;
a pesar de que mi mirada,
que fantasiosa y discreta
se dirige a la oscuridad de la puerta
para buscarte,
no encuentra en ella ni tan siquiera
un reflejo imaginado de tu destello sonriente,
a veces triste,
entre cantos, calor y nochebuenas.
En esta semana feliz,
que desde su peor cara recuerda las ausencias
y empuja cansina a la luz de las estrellas,
te hablamos ya sin decir,
te vemos ya sin colores,
te oímos ya sin cadencias.

2019.
En este año feliz
en el que hemos conseguido escalar la vida,
te hacemos participar
de nuestras empresas atrevidas.
Así, ¡padre!
mis ojos nacen iluminados por tu presencia
en la claridad del día,
aunque a veces el corazón apriete
con la fuerza de los puños del pasado;
aunque a veces los pulmones
ahogen el salto del alma.
Así, ¡padre!
siempre serás la recta inclinación de un lazo
asido siempre a mi vida.

miércoles, 1 de mayo de 2019

28º. Acoso.




Palabras.
Miradas.
Gotas 
que se deslizan
sobre la cara.

Labios 
desviados.
Ojos 
deformados.
Sudor
que aflora
entre las palmas
de las manos.

Odio
en la boca.
Rencor
en la mirada.
Hilos
teñidos de rojo
que rebosan
el caudal 
del alma.

Oídos 
sordos
de un día
con otro
 que nunca acaba.
Dolor
de la noche
al alba.

Sonidos.
Como disparos.
Silbidos
como flechazos.
Notas
de melodías
envenenadas.
Sibilinos
mensajes al viento
que explotan
en una atmósfera
envenenada.

Lamentos.
Denuncias.
Reacciones.
Traiciones.
Corruptas fidelidades.
Cascadas de fanatismo
que no encuentran
una justa sentencia.

Trazos de filo
 metálico
que rajan
carne y piel,
entran
en el tejido
de la impotencia...
Y no encuentra
la sentencia
que haga
que acabe
esta secuencia.

Gracias.
Por tus palabras.
Por tus miradas.
Por tu gota
de agua fresca.
Por tu alianza.
Por tu oxígeno.
Por tu aliento
de suave aire
para la calma.
Para la vida.
Para mi esencia.
Para mi estancia.