Como una asfixia relajada y húmeda
que evoca cantos de ribera.
Como la madre
que es la primera
y la penúltima estación.
Como la madre
que es la primera
y la penúltima estación.
Como un suspiro
robado al alma.
Como el dolor
pegado al cuerpo
que desarma una vida,
con calma,
sin pausa.
sin pausa.
Como el aire
que se queda a las puertas
del agotado pulmón.
Como un ácido rencor
que no cesa.
Como el trazo vertical
sobre la espalda
que busca ser horizonte
sobre el suelo.
Como la luz del alba eterno
que se vuelve a iluminar de este lado.
Como tú, como yo, como ella,
como el nuevo día
como el nuevo día
que dibuja el pasado
sobre yeso y saco,
sobre yeso y saco,
que abraza
el deseo que impulsa la vida,
que colorea
un paisaje marmoleado
de pinturas y de amores.
Cuanta emocion. Ya no voy a tener mas remedio que ver la pelicula. Saludos
ResponderEliminarMaravilloso como siempre, primo
ResponderEliminarSensitiva tu mirada, amable dibujo de la vivencia, invitación a la emoción. Gracias por el regalo. Un abrazo. Paz y bien. Gasshô.
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