Con este blog quiero completar la obra que inicié con "Contemplando el claro azul", que continuó con "Me acordé de ti" y "Recordé cuánto te gusta". Quiero con él comenzar el 2014 esperando que sea fructífero y que podáis disfrutar conmigo estos versos. Y ya vamos por el 2020.

martes, 29 de noviembre de 2016

16º. Secuencias en primer plano.


Un paso en el primer año de vida;
un beso y un abrazo en el tercer aniversario;
una mochila esperando a la salida de la infancia;
un escenario de danza para las fiestas;
una pesada carga de papel sobre la espalda y la cabeza; 
mil lágrimas inciertas bajo una banda roja y un diploma;
y sin más, otro paso sobre la cuerda del equilibrista.
...
Un paso sobre el primer año de una nueva vida;
un difícil abrazo sin beso y sin aniversario;
una maleta profesional a la entrada de otra puerta;
una habitación para el canto en su propia fiesta diaria;
una difícil carga de amor sobre el pecho;
mil palabras inciertas sobre la piel;
y sin más, otro paso de equilibrio sobre la cuerda del ayer;
sobre el más firme suelo de hoy;
sobre la línea discontinua del mañana en el centro de la calzada;
sobre el universo que fluye entre nosotros;
y sin más, frío juvenil, calor filial.

domingo, 13 de noviembre de 2016

15º. A la sombra del ciprés.

                                                           Vincent van Gogh. The Metropolitan Museum, New York


Desde la humildad de ser sólo aquel sobrino;
desde el desconocimiento,
por estar lejos desde hace tiempo,
en el paisaje casi toda una vida;
desde la necesidad de conducir un sentimiento,
despídeme de ella.
Despídeme así, con mis palabras.

Brevemente,
como una deshilachada nota
más allá del fondo de este inicial desconcierto;
como una instantánea
en vuestras silenciosas citas,
háblale
de que sería imperdonable
olvidarnos de su robusta fuerza, ya vencida,
de su apreciada humanidad
y de su celosa vida oculta, dura,
de sus días.

Háblale de mis palabras
sin distraer su reposo,
sin romper vuestra soledad compartida.
Háblale cualquier día,
en un momento en el que necesites
seguir abriendo los recuerdos de la vida,
las sufridas vivencias de familia.
Cualquier día...
No sé... cualquier día
en el que le sea posible comprender
cuando la miras.

Cualquier día,
dentro de vuestra despedida,
háblale de mi preocupación por su duelo,
por su resistencia,
por la costosa ayuda que le das
en su inútil lucha,
por vuestros últimos días.
Hablalé de que algo de ella
se cruzó en nuestras vidas,
de que algo de ella
ocurrió en mi vida.

O simplemente, cualquier día,
cuando la huída del dolor te lo permita,
dale un abrazo, dile "recuerdos",


piensa en nosotros mientras la miras.



martes, 1 de noviembre de 2016

14º. Despertar tras el relato del sueño.

http://lamentesuperior.com/


Al despertar de un nuevo día
las caricias de mil piedrecillas rojas
han entrado en las venas de mis dedos,
de mis piernas y mis brazos,
de mi pecho y de mis labios.

Al renacer de un nuevo sol
el roce de una pluma color azul
ha recorrido la piel de mi cuerpo,
mi espalda vértebra a vértebra,
mi cara pieza a pieza.

Al concluir el relato de mis sueños,
un caudal transparente de luz
ha inundado mi garganta,
mil pulmones y mis ojos.
Las caricias, el roce y el caudal
me han despertado.